Por lo que me cuentan, la palmera está maldita, si le crece la sétima cabeza, Ica se inundará. Y sucedió, por allá por el '98, así que no es mentira. La gente de Cachiche le tiene mucho respeto, por eso la han cercado con alambres y los niños obedecen. Si te sientas en el tronco, te miran con sus ojazos bien abiertos, se asustan, "eso está prohibido, ahorita sale la señora...". Es más bonito que la historia te la cuente un niño, por eso algunos vienen desde la Huacachina, pues también son jaladores para los carros tubulares y otros, que son de por ahí, tienen guías conocidos de otros lados que les traen gente. Estos chicos son muy pilas. A veces arman pequeños grupitos "me toca a mi, me toca a mi", ya está bien, te toca a ti y después a ti (Reparto propinas). Finalmente logran convencerme y me dejo llevar a la Casa del Diablo. Pero esa historia sí no se las voy a contar. Tienen que ir. Les va a costar un poquito más porque está lejos, hay que ir en carro y seguro se colarán al menos dos chiquillos.